La muerte de la mariposa

Atardeceres precoces.

miércoles, 17 de julio de 2019

Graffiti Bogotano




                      


Quiero contarles que durante estos días mis miradas se han enfocado en eso que llamamos arte callejero, pero no hago referencia a todo lo que estas dos palabras podrían enmarcar ya que desde cualquier ángulo resulta ser un concepto bastante amplio y en últimas no me interesa que se me convierta en un problema, así que  rápidamente les diré que de lo que hablo es el graffiti Bogotano. Arte que se cuela entre los muros y el gris que penetra. Arte callejero, transgresor, marginal,citadino, arte de muros y entre muros. Graffiti Bogotano ya que nos ubicamos sobre el altiplano cundiboyacense de la cordillera oriental de los Andes con sus 1775 km 2. Madre del caos callejero.

Ante mis ojos han empezado a bailar los throught ups, las regordetas bubble letters, las demoledoras, rudas e imponentes Block letters que se posan en los puentes capitalinos. El wild style, californiano, figuras en tres D, iconos, character, etc. El graffiti Bogotano enmarca lo que esta ciudad es en la rudeza de sus calles, la contaminación, el gris y lo inarmónico de sus espacios.

 Debo decir que no soy una experta en el tema, solo soy una ciudadana  que se camina visualmente los muros de esta ciudad, pero al caminar me gusta pensarme de vez en cuando en los espacios que irradian vida, miro las piezas intentado descifrar algún mensaje, intentando adivinar el nombre oculto en aquél tag, viendo la belleza un tanto sucia que se guarda en un bombing o crew, pero que lo hace un lugar completamente cool y con estilo. 

Desde muy pequeña me ha llamado mucho la atención la escenicidad en la que se mueve el graffiti y vivo con la frustración de no haber podido dedicar mis pasos al arte, a la adrenalina y a la fugacidad con la que vive un graffitero.

 El graffiti al ser conocido como un arte marginal también le da este aire de marginalidad al writter, aquel perseguido social que huye por las noches con sagacidad como lo haría un gato. El graffitero se la juega por su graffiti y es esta luchas la que hace que el arte prevalezca. No es fácil sacar del mutismo al inerte ciudadano, aquel personaje que se  recorre la caótica ciudad de de tramo a tramo, de norte a sur, desde la mañana hasta por la noche y se le olvida observa la belleza que reina en el caos, pero así somos la rutina nos sumerge, se nos pega en el alma y ocasionalmente nos acordamos de levantar la vista de nuestros celulares y pensar en el exterior. Cuando logro salir de ese mutismo me gusta mirar la calles, los muros, la suciedad y pensar en todo lo positivo que esto encierra y me reconforta de nuevo. Amo el color, amo recorrer esos museos callejero que se me presentan a los ojos, no hay elitismo, no hay esnobiso soy yo recorriendo y pensando en el anonimato de estos artista que sin más se atreven a entregarnos su talento. 








domingo, 2 de junio de 2019

El mar no salvo nada.






Entonces me desnude frente al mar y en ese instante senti como la brisa me golpeaba el alma. Me negue a escribir en el papel y por un instante en la arena dibuje con el alma hinundada de dudas y pensé en el objetivo tuyo de lastimarme.  !Te felicito que bien hiciste la tarea!. 

Ha pasado el tiempo, pero ese olor del dolor aún viene a mi, me pregunto ¿cómo se deshacen las  lagrimas que quedarón como huellas en la arena? ¿ cómo viaja en el mar más remoto las lagrimas que derrame en él?. Ahí viajo mi soledad. 

Los dias en el paraiso aún no sanarón lo que un recuerdo marcó, al volver perdí tanto al igual que cuando me fui, te perdí a ti, me perdí a mi y creí que me encontraria, pero el silencio me volvio sombria. En estas noches me siento sola y se que toda mi vida he estado así, No sé ni porque me extraña el fracaso del fugaz instante que viví contigo si fue el momento más premonitorio que he vivido. 

Nunca he tenido la oportunidad de hablar, a pesar de que siempre ando haciendo ruido. Ahora no se nada de vivir...

Luchando con la locomotora de los treinta.




Cuando tienes veinti seis años te das cuenta que el tiempo se pasa muy rápido, te das cuenta que estas a solo unos cuantos años de volverte una treinta añera o un treinta añero. No nos podemos engañar ya que la verdad es que las palabras treinta añera o treinta añero nos llenan de un terror infinito, nos ponen a pensar en todos aquellos planes que teniamos para cuando ese momento llegue y es entonces cuando nos asustamos el doble porque reconocemos que no hemos cumplido ni la mitad de los sueños que anotamos en el papel a eso de los veinte y entonces el terror se acrecenta.

Debo decir que en estos momentos estoy entrando en esa crisis, me miro en el espejo y al parecer soy todo aquello que nunca hubiera querido ser. No he terminado mi carrera, no tengo una pareja, pero para no ser tan negativa diré que afortunadamente no estoy llena de hijos y entonces pienso que a esta altura del partido soy completamente afortunada, pero esto tiene su contra ya que si eres mujer empiezas a ser una solterona o la gente empieza a dudar de tu sexualidad, sino has sido lo suficientemente demostrativa con ello.

Todos los dias al despertar trato de no pensar en esto, en seguir mi vida y hacer de cuenta que no pasa nada, que debo preocuparme por vivir el presente, que tengo que terminar mis estudios, seguir con mi trabajo con el fin de aparentar que tengo algo, pero ¿dónde están esos sueños que de pequeños nos haciamos?, ¿los paises que soñabamos recorrer?, ¿los amores revoltosos que hubieramos deseado tener?, ¿dónde está la rebeldia que los 20 nos dio? acaso ¿ se ha esfumado?, ¿Dónde están esas ganas de comernos el mundo?, ¿será que al llegar los treinta la vida nos empieza aplacar los ánimos o nos hemos estrellado tan fuerte para que los treinta años nos empiecen apagar esa pasión al rojo vivo que parece tan inalcanzable?.

Quiero pensar que estos planteamientos no son ciertos, quiero pensar que aún tengo que seguir buscando las segundas oportunidades, porque al parecer las primeras ya se dierón. He dejado pasar muchas cosas porque aun descreo en mi, porque me he dejado llenar del dolor que en algún momento me ha marcado una pasión, aún mis esperanzas de viajar y de comerme el mundo están, solo que no sé cómo la sociedad le da segundas oportunidades a los treinta añeros, cuando a los veinte debes estar en la cima del mundo.

Tengo miedo de llegar a esa edad...y entonces pienso que está locomotora nos está tragando vivos, nos levantamos constantemente pensando en el mañana en las apariencias en aquello que debemos tener para ser más que el otro, resumimos la vida en tener, tener, tener y tener solo bienes materiales no tener un alma pura, somos vanidosos, dejamos de lado lo real.  Las personas se suicidan porque se hallan amarradas a las soledades de una sociedad hpócrita al parecer no nos interesan las personas reales, entre más superficial y falso te veas, eres mejor aceptado y nos obligamos a vivir en esa carrera de ratas la cual sabemos que nunca va a tener un final, porque la meta se vuelve en una ilusión. La menta es completamente inalcanzable.

Cada etapa traes sus miedos, supongo que cuando este culminando mis treinta empezare con la crisis de los cuarenta y para ese entonces se las contaré, aunque espero para la fecha haberme desligado de esta sensación tan vana que hoy les acabo de manifestar. Quizás logré reconocerme como un ser que salió de ese gran cajón de prejuicios, que dejó de lado esa manía de andar comparándose y que decidió que las pasiones deben estar a flor de piel para reconocer la verdadera felicidad porque entendió que esa no se encuentra en las tiendas de ropa o en los perfumes caros y puede que para ese entonces me reconozca libre y probablemente ya no sea la crisis de los cuarenta cómo hoy es para mi la de los treinta y entonces habré parado la locomotora del miedo. Haci nunca allá logrado parar la locomotora del tiempo.

domingo, 26 de mayo de 2019

Miedo a bailar




Hoy voy a escribir sobre lo más intimo. Hoy quiero escribir de aquella mala semilla que durante años se ha desarrollado en mi ser. hoy por primera vez pretendo ser honesta usando como vehículo la escritura- Quiero ser transparente y desnudar mi alma como jamas lo he sido, no se si sea porque las cervezas ya han empezado a subir en mi cabeza y como de costumbre termino hurgando en los recobecos de mi memoria. De ante mano les ofrezco disculpas eso de escribir alcoholizado, es inaceptable, pero el alcohol siempre cumple su función. La de deshinibir.

Desde que soy muy pequeña siempre me he sentido un terror infinito a bailar creanme como la mujer negra que soy no es algo que me enorgullezca, pero gracias a un trabajo de descolonización que he estado realizado, poder decir esto me esta resultando un poco más sencillo ya que en 26 años era incapaz de poder hablar de este asunto y si usted amigo lector está leyendo esto, le comento que me estoy sincerando y le estoy compartiendo la parte mas real de mi.

No pretendo llenarlos de malos recuerdos en los que me han recordado lo mala bailarina que soy o de aquellos incomodos momentos por los que he tenido que pasar, pero si pretendo ver esto desde el papel, desde otro lado. Siempre he deseado tener el poder de extraer mis recuerdos para no tenerlos en mi memoria y de vez en cuando poder pasar por ellos para analizarlos de manera cuidadosa, ya que cuando están revueltos y mezaclados con todo lo que has vivido pueden perderse entre persecciones incorrectas y distorcionadas, lo que hace que se pierdan como simple momentos insignificantes entre tantos sucesos, pero por lo pronto trataaré de develarlos entre palabras para poder verlos de una forma más cercana a mi deseo

Cuando era niña recuerdo que ningún niño bailaba conmigo en las fiestas, era la niña del rincón miestras todos se divertian y empezaban a disfrutar ese paso a la adolescencia. Sé que esto parece algo insignificante, pero no lo es ya que este recuerdo de infancia ha definido tantos momentos de mi vida y no precisamente de manera positivay y cada vez que voy a una fiesta vienen a mi todos estos miedos especialmente el miedo de ser la chica que siempre va estar sentada durante la fiesta, la chica a la que ningún chico saca porque es simplemente la chica fea del lugar.

La primera vez que baile fue a mis 14 años creanme fue la situación más incomoda por la que he pasado, fue en una salida de noveno a un campamento, esa era la última noche, eramos dos colegios y solo estabamos los mejores estudiantes de cada grado en general fue una experiencia interesante, pero curiosamente en mi cabeza solo prima un recuerdo y fue la noche de baile, yo estaba con una amiga la cual es supremamente bella aunque ella nunca ha sido consiente de su belleza, es la chica la cual a la primera atrae a cualquier hombre, blanca, hojos verde, cabello castallo, inteligente, bonita la verdad ella se ha sacado la loteria genética, pero es algo que nunca le ha importado bueno siempre toda chica guapa debe tener una acompañante esa que no es ni la mitad de agraciada pues resulta que esa siemrpre he sido yo, disculpen me estoy desviando un poco del asunto principal, pero era necesario decirlo.

Ese día despúes de una serie de actividades propias del campamento, habia un baile como de costumbre. la verdad es que no conociamos a muchas personas solo estabamos mi amiga y yo, cuando la genete comenzo a bailar y a dejar la pena de lado mi amiga recibio varias invitaciones para bailar cosa que no me sorprendia, pero esa noche un chico del otro colegio se animo a invitarme a bailar en ese momento no daba crédito a eso, pero despúes de lo que ocurrio solamente pienso que debí haber dicho que no y seguir con mi insignificante existencia en ese lugar, pero me anime baile, pero despúes de eso recibi tantas burlas de las chicos del otro colegio y si yo me arrepiento de haber aceptado bailar esa noche aquel chico debia tambien hbaer pensado iguar. No era un chico agracido recuerdo que tenia los dientes salidos, era de baja estatura muy desgalamido para ser honestaa y sus facciones no ayudaban, pero entre el y yo la cosa resultaba un mal cuadro de desperfecciones.




Este recuerdo de infancia y adolescencia me marco para siempre y mi estrategia de supervivencia desde ese entonces ha sido huir aquel rechazo repetido porque no solo paso una, dos o tres, fuerón infinidad de veces, Halloween, navidades, cumpleaños y cualquier evento que requieriera el movimiento del cuerpo.  De esta situación tan negativa y a mis 26 años, les debo confesar que ese miedo persiste.

¿Qué es la danza?





domingo, 17 de febrero de 2019

Rutina en el espejo




Tres de la mañana arrancó el lastre de mi tortura, tres de la mañana apagó las voces de mi cabeza aquellas que me roban la paz y azotan en desasosiego mi corazón, salgo hacia el leve bullicio que desaparece con el frío de la madrugada. Llegan las cuatro. preparó un té de menta, retiro mi maquillaje, retiro mi pesada ropa, me visto con harapos y me veo en el espejo. Ahí estoy en mi íntima soledad, me veo en el espejo deshojando los recuerdos de mis días como telarañas que entretejen con el tiempo.


Soy la muerte, soy la duda, soy el silencio, soy el vacío. Todos los días soy el dolor de mi pasado, frente al espejo, soy solo yo. Mis ojos observan el destierro en el corazón de un padre que ha creado panteones inmensos en el cerebro, donde no existen más que enterradas lágrimas, rabia y bocas que gritan amordazadas que ya no más. Existe un vigilante silencioso que durante el día y la noche cuida con recelo cada uno de los panteones como única arma de protección, carga consigo la pesada capa de la desconfianza, sus pasos son lentos no tienen prosa, no tienen alma, pero cerca en su ser hay una breve esperanza, una esperanza completamente desconocida.
Inhalo de la planta de la sabiduría, siento primero un inmenso dolor en mis fosas, lo hice mal, debo repetirlo, inhaló de nuevo, esta vez llega a mi cerebro y ¿cómo lo sé? por el dolor profundo que me genera y me obliga a patalear, siento unas ganas infinitas de vomitar, de hecho desearía hacerlo, pero no ocurre, solo muchos estornudos al tiempo lágrimas y así mi mente por fin logra suspenderse en el espacio, el tiempo se aletarga, mi mente procesa todo a lo que le huyo, mis dudas, lo que callo, lo que hiere, a lo que me enfrento para luego morir y renacer en este viaje espiritual de infinita sabiduría.

Al otro día me despierto aletargada, pero sin dudas me he enfrentado a la verdad y la madre que emana sabiduría me ha contado todo, los sueños de morir me revelaron el camino el cual al renacer mancho de superstición, no lo puedo ocultar, pero luego…

Tres de la mañana arrancó el lastre de mi tortura, tres de la mañana apagó las voces de mi cabeza aquellas que me roban la paz y azotan en desasosiego mi corazón, salgo hacia el leve bullicio que desaparece con el frío de la madrugada. Llegan las cuatro. preparó un té de menta, retiro mi maquillaje, retiro mi pesada ropa, me visto con harapos y me veo en el espejo. Ahí estoy en mi íntima soledad, me veo en el espejo deshojando los recuerdos de mis días como telarañas que entretejen con el tiempo.

sábado, 16 de febrero de 2019

Un recuerdo maldito





Llevo dos años intentando borrar un recuerdo maldito, llevo dos años pensando que aquel hombre fue el primero y el último que realmente alimentó mi espíritu sensual y vulgar.

Una sonrisa endemoniada, acompañada de dos copas de vino, tres copas de vino...una caminata después del baile acalorado en el bar de aquel curioso nombre "Los Esclavos Perdidos" donde tú y yo nos encontramos en un frenesí nocturno de besos y la luna roja fue cómplice del combate placentero de dos cuerpos que se saben libres, jóvenes y desbordantes de un libido infinito.


Dos años en los que prendo un cigarrillo para astiarme de ese sabor de tus besos inexistentes. Es tan difícil rememorar algo que el paso del tiempo intenta ocultar. Esta es una batalla perdida en la que se me hace preciso odiar.

Amarte se convirtió en mi dolor de huesos, lo supe desde que te vi. Lo sabía, pero, ¡CARAJO! la terquedad me marcó el camino y aún así contigo aposté a perder.
Hoy con el dolor guardado, respiro, te pienso y la escritura es el único camino que tengo para retornar a casa y olvidar que te necesito, que quisiera verte, así sea por última vez y pedirte que mueras, para yo poder vivir.


En las madrugadas lloró, oculta en el infinito, sin que nadie me pueda escuchar. Contemplar cada detalle de lo vivido, es una obsesión, que me llega, un deseo ahogado de que él logre hacer lo que yo no haré, eso de enfrentarme a una búsqueda misericordiosa por su ser.


Me digo que no puedo, no debo, no sería justo perderme nuevamente en el desconcierto de vivir con las migajas que su alma me ofrece, pero que su cuerpo hipócritamente convierte en un banquete.


viernes, 15 de febrero de 2019

Matando a los padres




“No hay libros huérfanos o autores huérfanos” se nos ha dicho en clase. En la literatura como en otras artes, la presencia de autores mayores y de épocas anteriores son clave para el progreso literario, cada gran autor no ha surgido de la nada, la fuente de inspiración literaria ha tenido sus dioses y musas que han brindado un hálito de inspiración. Como Dante guiado por Virgilio, el autor es guiado conscientemente o inconscientemente por el sin fin de autores que ha construido en su mundo aquella fuente de inspiración.


Es un laberinto de emociones y saberes que se mezclan como aquella receta que permite encontrar a través de las diferentes formas, texturas, colores, técnicas y estructuras de creación, que recorren los laberintos y manos de quien se vuelve un artesano literario. No se puede negar que en algunos casos si no se hace de forma correcta, se puede caer en un pastiche sin retorno, por lo tanto existe una necesidad que conlleva a cometer asesinato.


“Matar a los padres” aquella figura metafórica acuñada por Freud y que autores como Roberto Bolaño intentaron hacer con movimientos como el infrarrealismo, que promulgan consignas como: “Déjenlo todo, nuevamente láncense a los caminos.” Aquel movimiento que se encargaba de sabotear autores predominantes como Octavio Paz.


Y sí, ¿por qué no? hay que tener rebeldía con los padres, no todo puede ser admiración y respeto. A ellos también se les aborrece y se les odia y para esto utilizaré una frase de David Cooper que dice: “La prohibición implícita de experimentar la propia soledad  en el mundo”, esto nos dice que hay que soltarnos de la mano de aquel “padre”, abrirse camino por sí mismo y equivocarse si es preciso; la creación es un proceso íntimo, que no permite ser el remedo del otro, sin importar que tanto nos ha enseñado, se debe superar al maestro, pero de ser preciso hay que eliminarlo con talento.