La muerte de la mariposa

Atardeceres precoces.

lunes, 2 de junio de 2014

La ciudad

Si la lluvia son las aves
las aves son de agua
que vuelan y revolotean 
en la estrecha libertad
ser leve y ser pesada
ser anarquista en la ciudad de la furia
es como ser un principiante caminando 
entre planetas desconocidos
ser un carro de fuego 
arrastrado por caballos negros
almas blancas y grises y oscuras
y sordas en la tarde.
¡hay la ciudad! mar de fríos y poesía loca
mar de gente con piernas 
y brisa helada que camina 
y hay de los que no caminan
no hay forma de huirle a la ciudad
entre el ruido de la calle
los murmullos de la academia
y el voltaje de la noche
¡hay la ciudad!
si no me pierdo en ella me contamina
si no lo hago igual lo hace
mar de lagrimas y risas
empujones mañaneros
olores condensados
gente, gente como peces 
atrapados en atarrallas que no mueren 
Adiós angustia
bienvenida rumba, vino de malagueña 

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